Augurar flores
pese a todo pronóstico
Alguna vez, después de una pelea, ella me regaló una flor amarilla. Nunca antes me habían obsequiado una flor. Nos teníamos cariño y la reconciliación ocurrió sin contratiempos. Al tiempo, supe que aquel gesto representaría el inicio de una serie de augurios:
Augurio I: las flores inaugurarán la luz del día.
Augurio II: contra el olvido, existen recuerdos incuestionables.
Augurio III: de las flores, toma por obsequio el destino de su compañía.
Augurio IV: el misterio del fuego, florece.
Augurio V: cuando las palabras resultan innecesarias, las flores lo dicen (casi) todo.
Augurio VI: para las grietas del mundo, poesía.