No existe el infinito, pero sí el instante:
abierto, atemporal, intenso, dilatado, sólido;
en él un gesto se hace eterno.
Chantal Maillard
Cuando la realidad es insuficiente y la fe exige su presencia en la razón, bastará encender una veladora. Su luz, en medio de la oscuridad, será el primer paso para (re)comenzar: